Cada película que vemos, cada historia que contamos, nos implora que esperemos por aquello, por la inesperada declaración de amor, la excepción a la regla. Pero a veces, estamos tan concentradas buscando nuestro final feliz, que no aprendemos a identificar las señales, como saber quienes son los que nos quieren y los que no,
quienes se quedaran o quienes se irán. Y quizás el final feliz no incluye a un hombre maravilloso, tal vez... seas tú, por ti misma, recogiendo las piezas para volver a comenzar, liberándote para algo mejor en el futuro. Quizás el final feliz es... solo... seguir adelante. O tal vez el final feliz sea este: saber que a pesar de todas las llamadas no devueltas,
los corazones rotos, las equivocaciones y las señales mal interpretadas,y a pesar de todo el dolor y la vergüenza; Nunca, nunca perdemos la esperanza.
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